LinkedIn y Copywriting

Estrategias para clasificar tu contenido en LinkedIn según formato, objetivo y rendimiento.

Cómo medir rendimiento y maximizar resultados.

LinkedIn es una de las plataformas más versátiles para compartir contenido profesional, pero para optimizar tu impacto, debes saber cómo clasificar tu contenido y medir su rendimiento.

En este blog, te guiaremos a través de las mejores formas de dividir tu contenido por formato, objetivo y rendimiento, además de explicarte cómo usar benchmarks para evaluar el éxito de cada post.

1. Clasificación de contenidos por formato

El primer paso para optimizar tu contenido es entender qué formato usar y para qué propósito. LinkedIn ofrece una variedad de formatos que puedes utilizar según tu objetivo y audiencia.

Fotos

Las imágenes son una de las formas más básicas y efectivas para captar la atención en LinkedIn, ya que generan empatía y una rápida conexión visual.

  • Fotos personales: generan autenticidad y credibilidad. Los usuarios tienden a conectar más cuando ven rostros reales o momentos cotidianos. Ideal para humanizar tu marca personal.
  • Fotos de stock: aunque pueden funcionar bien como apoyo visual, el uso excesivo de fotos genéricas puede restar autenticidad.
  • Imágenes con quotes: son excelentes para comunicar ideas de forma concisa y atractiva. Funcionan bien para inspirar, motivar y generar interacciones rápidas.
  • Infografías: perfectas para simplificar información compleja. Aportan valor inmediato y suelen ser muy compartidas, lo que las hace útiles para aumentar la visibilidad.

Carruseles

Los carruseles son una excelente herramienta para contar historias o desglosar contenido de forma visual. Permiten profundizar en temas sin sobrecargar al lector con un solo post largo. Además, favorecen el engagement ya que invitan a la interacción (deslizar). Son ideales para educar y posicionarte como experto en un tema específico.

Videos

El video es uno de los formatos más potentes para crear conexiones a pesar de que han venido perdiendo su impacto en la red. Puedes dividir tus videos en dos categorías:

  • Tipo Reel (Corto):
    • Personal: muestra tu día a día, experiencias o insights rápidos. Estos videos generan confianza y suelen viralizarse más.
    • De stock: utiles para apoyar contenido técnico o más general. Pueden perder autenticidad si se abusa de ellos.

  • Tipo YouTube (Largo):
    • Personal: te permite profundizar en temas específicos, generar autoridad y consolidar tu marca personal.
    • De stock: ideales para contenido educativo o informativo más genérico.

Texto

El contenido escrito sigue siendo muy relevante en LinkedIn. Aquí algunas formas de clasificarlo:

  • Tipo tweet (corto y conciso): útil para transmitir ideas rápidas, pensamientos o anuncios. Ideal para generar impresiones rápidas y aumentar la visibilidad.
  • Storytelling: una herramienta poderosa para generar empatía. Las historias conectan emocionalmente con la audiencia y generan mayor engagement.
  • Con hipervínculo: el objetivo es llevar tráfico a una página externa o invitar a realizar una acción. Funciona bien en estrategias de conversión.

Blog de LinkedIn/Newsletter

Este formato permite profundizar en temas de interés para tu audiencia, ideal para educar y posicionarte como un líder en tu nicho. Aporta autoridad y valor, pero requiere un mayor nivel de compromiso por parte del lector.

Eventos y otras actividades dentro de LinkedIn

Eventos como webinars o LinkedIn Live son ideales para interactuar directamente con tu audiencia. Generan engagement en tiempo real, te posicionan como experto y permiten construir comunidad de manera orgánica.

2. Clasificación por objetivo del post.

Cada publicación tiene un objetivo diferente, y clasificar tu contenido por propósito te ayudará a definir cuál es el éxito esperado. Estos son los tres niveles principales para enfocar tu estrategia:

Top of the Funnel (ToFu)

Este tipo de contenido está diseñado para generar alcance masivo y viralización. Se enfoca en temas mainstream o de interés general que conectan emocionalmente con el público, como vivencias personales, momentos inspiradores o tendencias populares.

  • Objetivo: Aumentar impresiones y visibilidad.
  • Métricas clave: Impresiones y viralidad.

Middle of the Funnel (MoFu)

Aquí el enfoque es más técnico y está orientado a audiencias específicas. El contenido suele ser más profundo y especializado, con el objetivo de generar engagement significativo y posicionarte como autoridad en tu nicho.

  • Objetivo: Crear interacciones y posicionar tu marca personal.
  • Métricas clave: Interacciones y engagement.

Bottom of the Funnel (BoFu)

En esta fase, el contenido busca una acción directa por parte del lector, como visitar tu página web, llenar un formulario o descargar un documento. Suelen ser posts de conversión con menor alcance pero alta efectividad en generar leads.

  • Objetivo: Lograr conversiones específicas.
  • Métricas clave: Conversiones y clics.

3. Clasificación por temática

Va muy relacionado con lo anterior, pero es una forma de subdividir la parte del funnel y lo que busca no es entender el objetivo del post sino entender más a profundidad que conecta con tu audiencia.

Temáticas genéricas

Estas temáticas abarcan temas populares que conectan con una audiencia amplia, como liderazgo, emprendimiento, lecciones de vida y motivación. Suelen ser más virales y fáciles de compartir.

Temáticas Técnicas

Enfócate en tu área de especialización, como marketing digital, SEO o construcción de marcas personales. Estos posts son más nichados, pero te posicionan como un experto y generan autoridad en tu campo.

CTA (Call to Action)

El contenido se puede clasificar según la acción esperada:

  • Tráfico web: posts que invitan a visitar tu página.
  • Subscripción: contenido que anima a suscribirse a una newsletter.
  • Descargas o trials: post que promueven la descarga de un recurso o la prueba de un producto.

4. Comprendiendo los benchmarks: ¿Qué es Viral y Qué No?

Para mejorar tu estrategia en LinkedIn, no solo importa lo que publiques, sino también cómo medir su éxito. Aquí es donde entran los benchmarks: puntos de referencia que te ayudan a entender si tu contenido está teniendo el impacto deseado.

¿Qué mide un benchmark?

Un benchmark es una métrica estándar que te ayuda a evaluar si tu contenido está funcionando bien en términos de viralidad y engagement, en comparación con el rendimiento general de otros usuarios con audiencias similares. A continuación, te explicamos los dos tipos principales de benchmarks que debes conocer:

1. Benchmark de viralidad: relación entre impresiones y seguidores

Este benchmark mide cuántas veces tu post ha sido visto (impresiones) en comparación con la cantidad de seguidores que tienes. Así puedes saber si tu contenido está alcanzando a personas más allá de tu audiencia directa.

  • ¿Qué significa esto?: Si tienes menos de 1,000 seguidores, un post se considera viral si tus impresiones son al menos 3 veces el número de tus seguidores. Un rendimiento excepcional sería tener al menos 2955 visualizaciones de tu post.

2. Benchmark de engagement: relación entre interacciones y visualizaciones

Este benchmark mide cuántas interacciones (comentarios, likes, compartidos) genera tu post en comparación con la cantidad de visualizaciones que ha tenido. Aquí te mostramos los benchmarks según el número de visualizaciones:

  • ¿Qué significa esto?: Si tu post tiene menos de 5,000 visualizaciones, un engagement del 1.90% o más es considerado bueno. Si logras un 3.75% o superior, tu post está destacando considerablemente en términos de interacción.

5. Clasificación del contenido por rendimiento

Para aprovechar al máximo tu estrategia en LinkedIn, debes revisar el rendimiento de cada post y clasificarlo en base a cómo se desempeña comparado con los benchmarks establecidos. Esto te ayudará a identificar qué contenido seguir produciendo y cuál optimizar o descartar.

1. Post virales

Estos son los posts que superan los benchmarks de impresiones y logran un alcance mucho mayor que tu base de seguidores. El objetivo aquí es que el contenido se vuelva ampliamente visible, ayudándote a llegar a nuevas audiencias.

  • Indicadores: Supera el benchmark de viralidad.

2. Post de relación

Son aquellos que, aunque no alcanzan un alto número de impresiones, tienen un engagement muy fuerte. Este tipo de post suele resonar profundamente con una audiencia más pequeña pero comprometida.

  • Indicadores: Supera el benchmark de engagement.

3. Post general

Estos posts están dentro de un rango aceptable de rendimiento, aunque no sobresalen ni en impresiones ni en engagement. Sin embargo, son útiles para mantener la consistencia en tu perfil y seguir ofreciendo contenido a tu audiencia.

  • Indicadores: Se encuentra en el promedio o ligeramente por debajo del benchmark (hasta un 30% por debajo).

4. Post para el descarte

Son aquellos que no alcanzan ni las impresiones ni el engagement esperado, y están significativamente por debajo de los benchmarks. Estos posts deben ser revisados para entender qué salió mal o simplemente descartados de futuras estrategias.

  • Indicadores: Más del 30% por debajo del benchmark en impresiones y/o engagement.

6. Cómo usar estas clasificaciones para mejorar tu estrategia

Dividir tu contenido por formato, objetivo, temática y rendimiento te permitirá comprender mejor a tu audiencia y optimizar tu presencia en LinkedIn. Con los benchmarks de viralidad y engagement, podrás identificar qué funciona mejor para tu perfil y qué necesita mejorar. Aprovecha los datos para reciclar temas, mejorar tu contenido y maximizar tu impacto.

Implementar esta metodología te ayudará a conocer mejor a tu audiencia, descubrir qué formato te funciona mejor y aumentar el impacto de tu contenido en la plataforma.

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